Estrenada en 2011, la producción del documental había comenzado a principios de 2009, después de medio año de trabajo intensivo, y solamente dos días antes del lanzamiento del ensayo 3D, Pina Bausch murió a los 68 años. Claro que todo se detuvo, pero después de un tiempo de luto y reflexión, y alentado por súplicas internacionales, el consentimiento de la familia, y la petición del personal y de los bailarines del conjunto, Wenders decidió hacer la película aunque cambiando el modo. Decidió utilizar el propio método de Pina Bausch: la artista hacia “preguntas” a sus bailarines y estos no contestaban con palabras sino con danza y lenguaje corporal improvisado. De ahí que Wim Wenders invitó a los bailarines a que expresaran sus memorias de Pina para la película con su propio cuerpo.
Esa idea que parece elemental es lo que carga a este trabajo bellísimo de mucha fuerza y emocionalidad. Cada uno de los integrantes de la compañía baila inspirado en palabras como “alegría”, “fuerza” o “tristeza” en escenarios que van desde una fábrica, a un bosquecito y un cantero céntrico al lado del cual la ciudad se mueve a su ritmo.
Además el film cuanta con extractos de producciones anteriores de la coreógrafa -Café Müller, de printemps , Vollmond y Kontakthof-, e información cuidadosamente seleccionada del archivo de Pina Bausch. Baile, lenguaje poético, música, y teatro, son las disciplinas que conviven en espacios por los que el espectador realiza un viaje siguiendo a los bailarines.
La película no está en cartelera pero tómese el trabajo de buscarla que la va a disfrutar mucho. Averigüe en su videoclub amigo o descarguelá en Internet.
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