
Violeta Parra (De cuerpo entero); Jorge Fandermole (Zamba de lo perdido y Huayno del diablo); Chico Buarque-Lobo (Choro bandido); Yupanqui-Risso (El aromo); Pepé Nuñez (La media pena) y Galán-Valladares (Vidala del último día) más algunas piezas del pianista entre otros, son parte del repertorio que la interprete aborda para “reconstruir ese mapa que se perdió”.
El álbum cuenta además con la presencia de los invitados Marcelo Stenta en guitarra, Sebastián Ramirez en cuatro y charango, Diego Cortéz en Flauta, y Gabriel Nuñez en Armonica, que aportan sus timbres en la coloratura general. “Hay tantos compositores en nuestro cancionero que fueron olvidados por todo lo que ha pasado en el país. Yo me siento en la obligación de volverlos a revivir. La música se revive cuando se puede escuchar…Siento como una obligación moral de devolver algunas autores que se perdieron. Tuvimos toda una etapa en el país donde nos parece que el folklore moderno es lo que escuchamos ahora, del cual algunas cosas son hermosas, pero antes hubo un montón de gente que hizo temas maravillosos, de los cuales muchos eran revolucionarios”, explicaba la también docente en la Carrera de Canto de la Escuela de Música popular de la UNC donde egresó como Licenciada en canto.
Por dónde empezar

Para ejemplificar esta idea Bermejillo elige el caso del aromo: “Es una plantita que todos la ven como feliz porque tiene toda el agua y el sol para ella sola, porque ha nacido en medio de una piedra, y todos la envidian, pero que sin embargo esta desgarrado porque ha nacido rompiendo una piedra…desde dentro de algo duro y rocoso”. “Desde ese disparador fuimos buscando poesías que tuvieran que ver”.
Otros aspectos de carácter naturalista que refuerzan el concepto provienen de la Zamba de lo perdido, de donde extrajeron la frase para titularlo. “Azul de la noche alta/ vení a callar esas voces/que son flores del silencio/cantándome sus adioses”. Además, al momento de mencionarlo - cuenta Bermejillo- apareció de parte de su hija la imagen de las flores que nacen del cactus: “Surgió el tema que en Mendoza, por el clima, tenemos muchos cactus en las montañas. Y en primavera cuando florecen uno no puede creer que detrás de esa planta tan agreste y pinchuda exista esa flor tan hermosa y de esos colores. Entonces hablando de las contradicciones ella habló del cactus y nos gustó. Flores del silencio, que parece que no existen y de golpe florecen”.
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