14 jul 2011

Vida y Obra - Eduardo Arolas



Madre: - Eduardo tiene buen corazón
Padre: - Sí… tengo miedo de que se lo saquen todo.


El diálogo se da en una de las escenas de la película “Derecho Viejo” (1951), film sobre la vida del bandoneonísta, director y compositor de tango Eduardo Arolas. Mientras el músico -interpretado por Juan José Míguez- guarda su instrumento y se termina de preparar para ir a “dar una prueba” ante el dueño de una cantina, su madre lamenta que salga sin comer, lo cuida, abriga y apaña y su padre refunfuña (¡lindo trabajo ese!), aunque al saludarlo dice “ojala te vaya bien muchacho”. Afuera espera su amigo que lo acompaña y una señorita dulce que llega para desearle suerte: “Toda la noche pensaré en vos, te va a ir bien, muy bien”.

El tigre del Bandoneón

Apodado de ese modo, este influyente músico integrante de la llamada “Guardia Vieja” junto a Firpo, José Martínez, Villoldo y Pacho, entre otros, ha sido considerado por sus pares y otros compositores que lo sucedieron en el 2x4, como uno de los más grandes creadores del género. Como escribió el escritor, poeta y ensayista argentino José Gobello “Eduardo Arolas fue un verdadero vanguardista, dueño de un sonido diferente, único y cautivante, autor de títulos inmortales (Derecho viejo, El Marne, Retintín, Una noche de garufa)” y prosigue: “Lo advertimos ya en nuestra lejana adolescencia, cuando al escuchar sus composiciones, notábamos que no parecían pertenecer a la Guardia Vieja. Aquello -salvo, claro está, sus primeros tangos- era otra cosa, allí había una nueva sensibilidad, un aire sentimental desconocido hasta entonces, un carácter entrañablemente porteño -muy distante del inicial estilo azarzuelado-, detalles que estaban prefigurando esa manera que se generalizaría recién a partir de Pedro Maffia, Pedro Laurenz, Julio De Caro o Enrique Delfino, por ejemplo. Después, con el tiempo, advertimos que los tangos de Arolas seguían sonando a cosa actual; eso es vanguardia”.

Sus pares en el bandoneón y la composición, a esta altura artistas clásicos, también han definido su estilo en la ejecución y sus modos compositivos. Pedro Mafia señaló: “La ejecución de Arolas era brillante, enérgica”; En tanto Pedro Laurenz opinaba: “Era un excelente instrumentista, gran ejecutante y mejor compositor, vivía adelantado a su época, fue el creador del fraseo y del rezongo”; Julio De Caro (violinista, director de orquesta y compositor) coincidía: “Fue un ejecutante magistral, el creador del rezongo y del fraseo” y continuaba: “interpretaba con el bandoneón el idioma del pueblo, el idioma porteño”; coincidentemente, también se refería a “los rezongos en la ejecución” el pianista uruguayo Alfonso Fogaza, y agregaba: “Fue el inventor de los ligados”; José Pécora sumó su propia observación: “Realizaba armonías fraseando”. Mas aun, a nuestro juicio -y varios entendidos coinciden con esta apreciación-, fue el más grande compositor que dio el tango”.

Cuando le sacaron el corazón

Lorenzo Arola – según su verdadero nombre- nació en el porteño barrio de Barracas el 24 de febrero de 1892; hijo de los inmigrantes franceses (Henri Arola y Marguerite Saury) y hermano menor de Enrique (guitarrista y letrista del tango) quien se convertiría en uno de los causantes de su terrible dolor por fugarse con su mujer. En "Mal de Tango, historia y genealogía moral de la música ciudadana" de Gustavo Varela, se dice que Arolas solía girar por los prostíbulos del interior de la provincia de Buenos Aires y fue en uno de ellos, en la ciudad de Bragado, (oeste Prov de Buenos Aires) donde conoció a una muchacha llamada Delia. Inmediatamente la sacó de ese ámbito y la llevó a vivir junto a él y su hermano mayor José que lo había iniciado en la música. Una madrugada, cuando el Tigre del Bandoneón llega a su casa, después de una actuación, descubre que Delia se había fugado con su hermano. Coinciden algunos críticos y notas periodísticas que la borrachera que se agarró esa noche llego a sostenerse hasta sus días finales cuando falleció en París, el 29 de septiembre de 1924, en el Hospital Bichat por una tuberculosis pulmonar. Otra versión más romántica (que se ha descartado) narra que Arolas murió a raíz de una golpiza de los “macrós” parisienses, “por robarse una francesa”, como sostiene Enrique Cadícamo. A esa ciudad luz se había mudado en su segundo viaje en 1920 junto a la francesa Alice Lesage, inspiradora de su tango “Alice”.

+ Les dejamos la nota con el periodista y estudioso del tango Gerardo Quillici sobre algunos aspectos de la vida y música de Arolas.

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