Con el auspicioso apoyo de Librería Mandrake seguimos en esta novena temporada del programa conversando de algún libro que luego sorteamos entre los oyentes. Para su reaparición al aire "El Discípulo" trajo los “Cuentos Escogidos” de Andrés Rivera. La edición del año 2000 de Alfaguara, revisada y corregida por el autor, incluye; Una lectura de la historia (1982), Mitteleuropa (1993), y La lenta velocidad del coraje (1998) entre otros.
Sobre su producción cuentística se recomienda que "no debe ser leída como un mero apéndice de su novelística sino como un conjunto de textos formidables en sí mismos y fundamentales para comprender el verdadero alcance de una de las obras narrativas más importantes de la literatura argentina actual. "El lenguaje de Rivera nunca es el de la política, sino el de una sexualidad cargada con todas sus compulsiones, sus resistencias, sus coartadas. En lugar de la clásica oposición entre vida privada y lucha política se trata de un vaivén interno a la escritura misma, por el que Rivera hace hablar a la política el lenguaje del deseo", se lee a Piglia en la contratapa.
El autor de la novela “La Revolución es un sueño eterno”, por la que recibió el Premio Nacional de Literatura, nació en Buenos Aires en 1928. Hijo de inmigrantes, este obrero textil, periodista y escritor, se inició como redactor de "Plástica", una revista orientada hacia la crítica literaria, cinematográfica y teatral. Contando con más de veinte obras, en octubre del año pasado declaraba a la Revista Ñ “que sus próximos dos libros serán los últimos” para dedicarse al “placer de leer a los otros”, y explicando el porqué de su rechazo a participar en la feria de Frankfurt toreaba: “Mire, decidí no ir a Frankfurt porque me pareció que era sólo una cuestión de exhibicionismo. Todo me pareció, desde el principio al fin, un trámite burocrático. Y me pregunté para qué, qué iba a hacer yo allí; iba a participar en una mesa redonda, o dos, para decir las palabras habituales que se dicen en esa mesa”.
Reconociéndose como “un adicto a la televisión”, Rivera polemizaba. “Los escritores argentinos nos hemos vuelto muy pacíficos, no tenemos nada para discutir, si usted lo prefiere, nada para enfrentarnos, nada para polemizar. No hay hoy en el universo de los escritores fracciones como Boedo y Florida. Aquí no hay un mundo cultural para que los escritores puedan manifestarse, y para que no teman decir algo sobre la escritura de otro colega. No tenemos enfrentamientos como los que pudo tener Borges con otro escritor. Con Ezequiel Martínez Estrada, probablemente”.
Marcos Ribak (éste es su verdadero nombre)
...comenzó a escribir a finales de los años cincuenta y los libros de ese “primer momento” en su obra fueron; El precio (1957), Los que no mueren (1959), Sol de sábado (1962) y Cita (1965), enmarcados dentro de su compromiso militante en el Partido Comunista al que perteneció desde su afiliación en 1945 hasta su expulsión en 1964. Luego de publicar “Ajustes de cuentas” en 1972 Rivera se sumergió en un silencio de diez años que según comentó “le sirvieron para acercarse a grandes autores que no leía por prejuicios”. Entre su producción también se cuenta: En esta dulce tierra (1992), El verdugo en el umbral (1994),El farmer (1996), El profundo sur (1999) y Tierra de exilio (2000).
2 comentarios:
El sátrapa que escribe este blog podría tener la deferencia de informarnos que el prólogo, del que se alimenta copiosamente su comentario, fue escrito por Guillermo Saavedra, amigo del autor gran conocedor y difusor de su obra, siendo, además, quien lo llevó a Alfaguara para comenzar a publicar su obra.
Coincido con el comentario anterior. El que escribe este blog es un chanta o un profundo distraído, lo que viene a ser lo mismo.
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