“El discípulo” se sumó a la temporada 2010 del programa para hablar de libros. Cada martes conversaremos sobre algúno que será sorteado entre los oyentes, gentileza de Librería Mandrake (Rioja 1869). Ayer empezamos con “El río oscuro”, de Alfredo Varela. La novela publicada en 1943 fue llevada al cine por Hugo del Carril en 1952 bajo el nombre de “Las Aguas Bajan Turbias”.
El libro tuvo su reedición en 2008 cuando Abelardo Castillo lo eligió entre otros títulos para la colección Los recobrados, (que dirige) de la editorial Capital Intelectual. Allí rescata obras de la literatura argentina consideradas inhallables dentro del mercado editorial actual en el genero cuento y novela.
En Página 12 Fernando Krapp ha dicho que “para el lector del siglo XXI, El río oscuro sigue siendo novedosa por su audacia narrativa que mixtura la historia, con el periodismo de denuncia, el ensayo, el guión cinematográfico y el realismo narrativo. Cuando uno se sumerge en la novela tiene la sensación de ser arrastrado por un delta a través de una selva lingüística que Varela entreteje con un oído muy fino para los giros y modismos del habla de los mensúes (una mezcla de español, portugués y guaraní). En ella se alternan tres líneas narrativas: el relato histórico que describe cómo la fiebre del oro y la plata de los españoles se transfiguró en fiebre por el oro verde de la yerba virgen. Una subtrama titulada “En la trampa”, donde Varela apela a declaraciones textuales de los mensúes, quienes cuentan sus experiencias en los yerbatales. Y la historia de Ramón, el personaje principal, que llega al nordeste para trabajar, es tratado como ganado por los capangas y lentamente entra en resonancia con el conflicto en el que está inmerso, a punto de ahogarse.
En el prólogo que lleva toda la colección Abelardo Castillo escribió: “Se podría armar un canon alternativo de la literatura argentina con libros que ya no están. Banchs, Lynch, Holmberg, Manauta, Alfredo Varela, Cancela, Pedroni, Eduardo Wilde, Lucio V. Lopez, Rafael Barrett, Payró, Fray Mocho, Juan L. Ortiz, Kordon, Beatriz Guido, Sara Gallardo, Wernicke, Costantini –y, hasta no hace tanto tiempo, Macedonio Fernández, José Bianco u Oliverio Girondo-, son algunos de los autores de esos libros. Lo fue, incluso, Roberto Arlt, hasta veinte o treinta años después de su muerte. Lo fue Leopoldo Marechal. Es cierto que algunos de ellos han sido examinados por la crítica especializada o académica, pero muy pocos han conocido ediciones que los acercaran al destinatario natural de cualquier libro, el lector común.”
Además, y porque nos gusta andar por todo el país, les dejamos una entrevista a quien supo retratar a los trabajadores de la yerba en una de sus composiciones. Ramón Ayala, "El Mensú" (En la TV misionera!!!).
Sobre este tema el compositor, cantante, escritor, pintor y guitarrista ha dicho alguna vez que "a principios de los años 60 cuando viajó a Cuba invitado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Ernesto "Che" Guevara, le confesó que su obra era cantada en los fogones revolucionarios de la Sierra Maestra.
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