“El Discípulo” trajo esta semana a la novelista, poetisa y ensayista rumano-alemana, Herta Muller galardonada con el Premio Nobel de Literatura de 2009. Nos detuvimos en dos de sus libros que luego regalamos a los oyentes. En tierras bajas (Primer libro 1982) y El hombre es un gran faisán en el mundo (1986).
Muller, que comenzó a escribir mientras trabajaba en una fábrica de maquinaria de su país traduciendo manuales técnicos del alemán al rumano, fue despedida en 1979 por no cooperar como delatora con la Securitatea Statului, la policía secreta del régimen comunista rumano.
Desde ese momento subsistió como empleada en una guardería e impartiendo lecciones de alemán, mientras continuaba siendo acosada e interrogada más de cincuenta veces por la Securitate. Perteneciente a una minoría étnica alemana, su padre había sido parte de las SS nazis durante la Segunda Guerra Mundial. En tanto la madre, finalizada la guerra, pasó cinco años en un campo de trabajos forzados soviético por no haberse opuesto a la invasión.
La escritora que actualmente vive en Berlín y escribe en alemán ha dicho sobre sus primeros libros: "Cuando aparecieron el primero y el segundo libro, aquí en Alemania, yo todavía vivía en Rumania. Y por el primer libro recibí dos o tres premios. Eso me protegió de las represalias del servicio secreto. Se dieron cuenta de que yo ya no era anónima y que no podían hacer conmigo muchas cosas que antes sí se hubiesen permitido."
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