18 nov 2010

La cultura Afro en la música Argentina

En esta entrevista, el antropólogo, escritor e investigador del Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega” Norberto Pablo Cirio se refiere a la descendencia y presencia de la música afro en la actualidad, historiza sobre la invisibilización a la que fue sometida la raza negra por el poder politico, repasa genealógicamente el devenir de sus ritmos, toques y cantos y adelanta que está trabajando en “los repertorios vigentes dentro de los afro-porteños” para determinar “qué índices tienen de antigüedad” y de esa forma poder secuenciarlos además de buscar algunos eslabones perdidos.

Autor del libro “En la lucha curtida del camino… Antología de literatura oral y escrita afroargentina” (INADI, 2007) y editor del libro “Esquema de la música afroargentina”, de Néstor Ortiz Oderigo (UNTREF, 2008), Cirio cuenta: “Cuándo uno habla de la descendencia de la música afro en Argentina se remite a una amplia gama de manifestaciones musicales de nuestro país, quizás la más conocida a cuestión de título nomás, porque no es una música conocida, sea el candombe. Lo que se conoce generalmente es el candombe uruguayo no el porteño, o los distintos candombes que hay en el interior del país, en Santa Fe mismo. Después está la cuestión del tango que es muy difícil de estudiar, en un punto por la falta de documentos históricos que vinculen la cuestión con los negros pero sobre todo por una deliberada falta de interés en el tema en la certeza de que no contribuyeron en nada importante los negros al tango y todo pareció generarse de manera espontánea a partir de la inmigración europea, como si no hubiese habido 400 años de historia musical negra en Buenos Aires.

¿Cuándo empieza esa Invisibilización en el país?

Es muy temprana y coincide con la abolición de la esclavitud que en Bs As fue en 1861. Ya en 1862 empiezan las notas de prensa diciendo que ya no quedan prácticamente negros en la ciudad (de Bs As). Tengamos en cuenta que en esa época estamos hablando de la generación del 80, una casta de intelectuales, gobernantes y periodistas muy consolidada y con muchísimo poder intelectual, político y mediático, incluso personas en las que recaían varias responsabilidades. Por ejemplo Mitre, que fue gobernante, fue historiador y fue el dueño de La Nación. Se generó un modo virtualmente inexpugnable de construcción un discurso histórico. Además ellos fueron los que idearon, propulsaron y financiaron la inmigración masiva de europeos justamente para regenerar la raza Argentina en la certeza de que las poblaciones preexistentes no tenían valor para reeducarse en la incipiente revolución industrial que venia. Igual es una época llena de inexactitudes porque cuando se suponía que los negros eran numéricamente irrelevantes estos candidatos a la presidencia como Alsina o Sarmiento hacían lo imposible por granjearse el “voto negro”.

¿Estaban invisibilizados institucionalmente pero mantenían sus costumbres culturales hacia adentro?

Si, una cosa es el número real y otra el número simbólico. Estudios actuales demográficos indican que no eran tan pocos y además qué pasa con las minorías, por qué son tan molestas. Eso ha llevado a que se replantee este año con el censo la famosa pregunta sobre la inclusión de los afro-descendientes. De haber desaparecido hace un siglo todo indicaría que estamos hablando de un 5% de la población, esa cifra para mí es generosa, yo me quedaría con un 1% o un 2%, vos pensá que un 5% serian 2 millones de personas.

¿Que era lo que se tocaba por esos días de abolición de la esclavitud y cómo se van entrelazando con los géneros incipientes del siglo XIX?

Mirá eso es tema de estudio actualmente en las investigaciones. Lo que estoy tratando de hacer yo, ya que no soy historiador sino antropólogo, es no centrarme tanto en el pasado sino en el presente. Quiero ver por ejemplo, en los repertorios musicales vigentes dentro de los afro-porteños, qué índices tienen de antigüedad, porque hay algunos cantos, toques o danzas que según las personas son más antiguos que otros, entonces estoy tratando de secuenciar ese repertorio y en ese marco quiero construir una historia cronológica de cómo ha venido siendo la música afro-porteña y cómo se engarzó con el tango, la milonga, con la payada, pero es un tema vastísimo y lento. Lo que sí puedo dar cuenta es que hoy en día por lo menos en Bs As, esto no es generalizado a todo el país, se mantienen una gran variedad de cantos, algunos son muy antiguos, de la época misma de la esclavitud, quizás cantos que fueron traídos originalmente de África y otros cantos que fueron gestados durante el rosismo (1832-1852) para atrás y también hay canciones de carnaval de la segunda mitad del siglo XIX que es un repertorio distinto al repertorio del candombe porteño y quizás ese sea, estoy pensando en voz alta, el eslabón perdido con el tango, no tanto el candombe propiamente dicho.

Ah todo un descubrimiento (risas)… ¿Y la paleta de cantos, ritmos, coplas de origen afro se hace extensible a otras regiones?

Hay una paleta amplia, incluso vigente, de cantos y de danzas y no solo en Bs As, en Empedrado (Corrientes) por ejemplo está la Zemba que es una danza religiosa muy antigua anterior al candombe, el nombre actual es Charanda y se baila solamente los 6 de enero en honor a San Baltasar. En Bs As aparte del candombe están los cantos de carnaval, después hay canciones que no se bailan, cantos mortuorios, de juegos infantiles cantados, tangos propiamente de negros, es una variedad más amplia que la que uno supone y esto es solamente el comienzo.

¿Cuales se pasaban lo toques, las músicas de una generación a otra?

Nosotros con el mundo mediatico, la computadora y los libros hemos perdido el poder de uso que tiene la transmisor oral, estamos hablando de cantos que pueden tener 300 años de antigüedad como nada y estas personas han confiado en su memoria y lo han pasado de generación en generación por vía oral. Es por eso que algunos conceptos que uno aplica acráticamente, conceptos muy en boga en el romanticismo europeo como “rescate de música”, “salvataje”, “últimas manifestaciones”, “supervivencia” no son aplicables a ese tipo de música porque sin ningún tipo de ayuda a logrado sobrevivir por la voluntad de los propios cultores.

¿Y donde están reservadas esas formas, existen o son todas reconstrucciones que se acercan? Porque cuesta conseguir material discográfico, salvo las recreaciones o acercamientos.

Grabaciones documentales, o sea trabajo de campo no hay nada publicado, excepto un trabajo mío que publicó la UNESCO en el proyecto “La voz de los sin voz”, de eso se editó un disco pero no tiene distribución comercial así que estamos como recién llegados a America. Tengo un disco sobre la música de San Baltasar a la espera hace 5 años que quizá salga el año que viene, es en base a grabaciones que hice en Chaco, Corrientes y Santa Fe.

Una mirada sobre los orígenes del tango negro es la de Juan Carlos Caceres con su libro “Tango Negro”...

Bueno, ese libro está escrito por un cantautor, no tiene ninguna validez científica, son deliberaciones de cafetín por un cantante de música, a nivel académico no tiene ninguna trascendencia. Es como si vos te pusieras a escribir un libro sobre cómo operar del corazón. Pasa que, como decía Ortiz Oderigo (Escritor e investigador musical sobre “lo negro”) “con los negros todos se atreven y se atreven a todo”, entonces cualquiera puede dar cátedra.

Usted nos mandó traks de música tocada en vivo en las calles de Bs As y un fragmento del trabajo que hizo Silvana Santiago para La Nación donde entrevista a Maria Elena Lamadrid; la coordinadora del cuerpo de baile de la comparsa Negros Argentinos ¿Hoy en día ellos están nucleados en organizaciones y con presencia en toques, instituciones, en festejos?

Mirá, el candombe porteño hace más de un siglo no se manifiesta en la calle por propia voluntad de los afros descendientes ante la generalizada burla y el menosprecio que tenían por parte de la sociedad en gral. Ellos se llamaron a una especie de silencio público, y recién a partir del 2007, te diría, están cambiando de estrategia y tratando de visibilizar este tipo de música a través de espectáculos callejeros y recitales, es muy nuevo esto.

Ciento que su presencia creció a partir de la aparición en notas periodísticas, o su relación con el INADI…el censo reciente acentuó esa posición…

Sí (duda), digamos que se ganaron un lugar, a través de una lucha y una militancia a favor de recuperar ciertas memorias de nuestro país que habían sido intencionalmente olvidadas por muchos motivos, básicamente por nuestro afán histórico de imaginarnos un desprendimiento cultural de Europa, estas situaciones son puntuales pero si las concatenás y se las mira con una cierta lógica hay una recuperación del espacio ciudadano de los afro descendientes.

También uno nota que se visualiza una conciencia del origen afro en mucha música a partir de los grupos de tambores que se juntan a tocar, de la inclusión de esos sonidos en los discos…estamos mirando más a esa presencia africana me parece.

Si, es verdad, lo que pasa es que hace falta mucho más trabajo de investigación para fundamentar esas voluntades. Yo con igual voluntad podría decir “el tango es aborigen” porque lo siento y lo vivo así, pero cómo lo fundamento de forma contundente. Eso por una lado y por otro lado yo me doy cuenta que incluso con otras manifestaciones más obvias de la negritud como el candombe porteño, por las particularidad ideológicas de nuestro país, no basta con el amontonamiento de documentos y de pruebas si previamente no se hace un trabajo de desmantelamiento de los mecanismos de invisibilización del tema, o sea, es una cuestión ideológica. No se trata de amontonar documentos a favor o en contra, sino de una deconstrucción de por qué este tema siempre fue intrascendente cuando no debería serlo.

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