"Llegaron casados, ya. Conmigo. El decidió que Vincenzo y Nicola se quedaran allá. Luego los buscaría, dijo. No atendió el llanto de Angela. No escuchó las razones de nadie. Nunca. (...) El sabía cuanto sufría ella por los hijos que dejaron en Italia, pero jamás hizo nada por traerlos. Cómo un hombre puede ser así, es algo que yo no me explico. Fue terrible, eso".
Santo Oficio de la Memoria (Mempo Giardinelli)
El pasado 4 de septiembre se celebró el Día del Inmigrante. A tono con esa fecha, la ciudad de Oberá, en Misiones, festeja la XXXI Fiesta Nacional del Inmigrante desde el 2 de septiembre hasta el sábado 12. Con la presencia de diversos ballets y la actuación de Los Tekis la última noche, culminará la edición del gran encuentro en el que conviven bailes típicos, música en vivo, y stands donde se puede saborear de las comidas regionales de cada país representado, además de la coronación de la Reina Nacional del Inmigrante.
Nacida en 1980 cuando un grupo de vecinos se reunió para compartir sus comidas y costumbres, con el paso del tiempo y el crecimiento de la misma, la fiesta se consolidó como una fecha importante en el calendario de la ciudad. El marco geográfico de la misma es el Parque de las Naciones, un predio arbolado de 10 hectáreas, donde se construyeron 14 casas típicas. Situado al borde de la ciudad, posee un gran anfiteatro que sirve de marco para la presentación de espectáculos artísticos.
Los que fueron llegando
Fue a fines de la década de 1910, cuando los primeros inmigrantes suecos empezaron a poblar estas tierras que hoy se hallan habitadas por descendientes de varias corrientes inmigratorias procedentes de Europa, Medio Oriente y Asia. Según comentó la encargada de prensa de la fiesta, Gladys Acuña, la ciudad es definida por los mismos habitantes “como un crisol de razas”.
En la ciudad de 80 mil habitantes conviven pacíficamente en más de 15 etnias y un número similar de religiones. “Estamos recordando lo importante de la inmigración en nuestra comunidad. Todas las colectividades presentes conviven en un marco de absoluta armonía y aportaron al desarrollo. Alemanes, Paraguayos, Brasileros, Suizos, Polacos, Ucranianos, Japoneses, Guaraníes, Españoles y Árabes lograron organizarse y tener su presencia”.
El lugar que en algún momento fue denominado “la capital del monte” estaba cubierto de una densa selva que empezó a transformarse a partir de 1928 cuando una comisión de vecinos se reunió en la plaza central, para dar nacimiento al pueblo de Oberá. “La ciudad va creciendo por el avance de las construcciones pero de igual modo se intenta mantener el verde. La ciudad tiene la característica de mucha serranía y colorido con sus aleas en flor y los lapachos. Uno puedo apreciar el paisaje, sus distintas tonalidades”, contó Acuña.
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